El pistacho es el fruto de un árbol pequeño llamado alfóncigo, este árbol es originario de las regiones montañosas del Asia occidental. Su cultivo se extendió a lo largo del mediterráneo. En España ya tenemos cultivos de pistachos.
El árbol se propaga por injerto, y es necesario disponer de polinizadores, ejemplares macho, que producirán el polen, necesario para que las plantas de la variedad hembra produzcan el fruto.
El pistacho iraní por su tamaño, por encima de la media, y porque se desprende de la cáscara con gran facilidad.
Los pistachos contienen un gran aporte de potasio, este mineral es beneficioso para el sistema nervioso y el sistema circulatorio, y combate la retención de líquidos ya que tiene un gran efecto diurético.
El pistacho aporta altos contenidos en magnesio, este mineral nos ayuda a relajarnos, combatir el estrés y la ansiedad, a conciliar el sueño y sintetiza de forma óptima los ácidos grasos esenciales como los de la familia Omega 3 en DHA ácido esencial para el funcionamiento cerebral y mantener sana la retina del ojo.
El pistacho contiene una cantidad elevada de fósforo, este mineral hace funcionar correctamente nuestro sistema nervioso central, y nos hace mejorar nuestra resistencia tanto física como mental.
El contenido en hierro también es muy significativo, ya que pocos alimentos naturales poseen tanto. Este mineral nos ayuda a combatir la anemia.
El zinc y el selenio también tienen su presencia, estos minerales ayudan a combatir los efectos de los radicales libres lo que nos hace prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
En cuanto a las vitaminas son una excelente fuente de vitamina B1 (Tiamina), vitamina B6 (Piridoxina), Vitamina B9 (ácido fólico), y para finalizar los pistachos son los frutos secos con más vitamina C y A.
Como todos los alimentos de origen vegetal no contiene colesterol, por lo que su grasa puede ser calificada de saludable.
Y en cuanto a fibra, el pistacho es muy rico en fibras, por lo que ayuda a regular el tránsito intestinal.